La escritora Mariko Tamaki continua la travesía de Jennifer Walters con la que debe afrontar a la Hulka actual. Surcamos el segundo tomo QUE COMAN PASTELES de la serie de JENNIFER WALTERS: HULKA editada por Panini Comics en la COLECCIÓN 100% MARVEL
La escritora canadiense Mariko
Tamaki indaga en las tramas más personales de Jennifer hacia algunos
trasfondos que marcaron una etapa de Hulk, ahora esta peculiaridad se
deja palpitar en la serie de la prima del Doctor Banner. En este arco le
acompaña diferentes dibujantes, los cuales aportan su toque personal a la obra.
El primero en hacerlo es Georges Duaki nos presenta un dibujo más sucio,
para luego ceder el testigo a la dupla Julián López y Francesco
Gaston con un visual deslumbrante y detallado, con amplias viñetas que
ocupan una página entera. El último número lo dibuja Bachan con estilo
humorístico y ordenado. El colorista Matt Milla continúa con la tónica
que se venía haciendo en el tomo anterior, manteniendo la numeración del vol. 4
de Hulk. Este ejemplar de 112 páginas se completa con la introducción de
Francisco López, una ficha de autores y todas las portadas originales.
Contenido:
- Hulk vol. 4 #7-10
Un extraño suceso televisivo
ocurrido en un programa de cocina retransmitido por internet desata un suceso
relacionado con el Zumo de Monstruo, una droga que convierte en monstruo al que
la consume sin conocer la duración de los efectos. Todo comienza con los
cámaras del programa, Steve alienta a Ray para que su víctima, el
cocinero Oliver, digiera la sustancia, para grabar los hechos con un
móvil y crear una página monetizada para distribuir el video como fuente de
ingresos. Lo que no saben es que Jennifer Walters investiga lo ocurrido,
con ayuda de su amiga Patsy Walker, también conocida como Gata
Infernal, sacando a Hulka para enfrentar al monstruo sin que ocurran
más incidentes. En estas viñetas reconocemos a Hulka gris sin tener el
control total de la Giganta de Jade. El último número recoge gran influencia de
Byrne en una divertida historia, invitando a Jen a una cita, la cual no termina
de contrastar en dibujo ni tónica con lo que venía haciéndose en la continuidad
de la serie.
En este tomo nos presenta a
primera instancia el problema de Jen para controlar a Hulka, ya
que la mantiene encerrada por el shock psicológico que le dejó la pérdida de su
primo Bruce Banner. El cambio de dibujantes en una serie, ya sabido de
Marvel, encuentro una lucha interior. Desde la evolución de los cuatro primeros
números, gustándome mucho el trazo y la tonalidad aplicada en el trabajo de López
y Gaston, viene para chocar en el último número con un dibujo infantil y
divertido por Bachan que no entra en esta línea ya que una Jen un tanto
deprimida y distraída no está para hacer un número así que, en otras
circunstancias, si vería necesario retomar la conducta cómica y pícara que
siempre ha caracterizado a Hulka.
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Fran del Fuego
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